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¿Necesitamos cambiar para el 2022?

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico “La Estrella” y hace parte de una columna quincenal de la ICF Capítulo Panamá para difundir que es el Coaching profesional. Busca informar, crear más consciencia y diferenciar el coaching profesional, en que el Coach se por rige principios éticos y está continuamente mejorando sus competencias.

Mira el artículo original en este link.

 

Vivimos en un contexto en que el cambio ya no es un evento y sí una constante; en el que el parar, pensar y dedicar tiempo consciente al aprendizaje es cada vez más importante (al igual que difícil por el ritmo de vida) para enfrentar los retos del futuro.

 

Nos aproximamos del final de año de 2021 y les invito a pausar, reflexionar e integrar los aprendizajes y planificar el 2022.

 

¿Cómo es que los cambios nos están afectando como personas, familias, equipos y organizaciones?

  • ¿Qué vemos y acreditamos? ¿Qué pensamientos nos habitan? ¿En qué creencias nos estamos enfocando?
  • ¿Cómo trabajamos y nos relacionamos? ¿Qué alianzas, relaciones y conexiones estamos construyendo?
  • ¿Quién estamos siendo en los diferentes momentos, con diferentes personas y en diferentes contextos?

 

Traer a la consciencia cómo sentimos, pensamos y estamos impactando en nuestras personas de interés es importante en un proceso de aprendizaje y de cambio.

 

Complementariamente validar nuestra percepción, con la percepción de otros, en acciones periódicas de feedback y feedforward (sugerencias de mejora) de nuestras personas de interés.

 

Tener identificados nuestros valores, talentos, aspiraciones, patrones, ambientes en que florecemos, reacciones y el impacto en otros, nos trae un mayor nivel de autoconocimiento y autoconciencia y nos permite clarificar nuestras fortalezas y debilidades, percibir que nos diferencia, que barreras internas percibimos, que recursos necesitamos y que queremos aprender para potenciar nuestra propuesta de valor considerando las oportunidades y amenazas del contexto.

 

Identificar nuestros detonantes y percibir de dónde vienen los estímulos que nos impactan, nos ayuda a escoger los comportamientos que mejor sirven a nuestros objetivos, y a no utilizar la volatilidad emocional como herramienta de autogestión y en la gestión de los demás.

 

¿Dónde estamos en la curva del cambio? ¿En la negación, en la resistencia, en la aceptación, en el desarrollar capacidades, o comprometidos, invirtiendo el tiempo y los recursos en el proceso?

 

¿Y, qué pasa en nuestros equipos y organizaciones? ¿Cómo están reaccionando a los retos diarios, a la incertidumbre y al cambio? ¿Qué estamos mirando y co-creando? ¿Qué valor estamos creando?

 

Los ambientes de confianza, de seguridad psicológica, de altos estándares y responsabilidad, en los que el error es parte del proceso de aprendizaje, son propicios al aprendizaje, al asumir riesgos y consecuentemente más preparados para el cambio como una constante. Inversamente los ambientes de alto control, de micro gestión y baja seguridad psicológica se relacionan con ansiedad y estrés en situaciones de cambio.

 

Tener identificadas que comunicaciones estamos teniendo la mayoría de nuestro tiempo es también crucial en el contexto del cambio. ¿Estamos en el informar, decir y preguntar? ¿En el persuadir y negociar? ¿En el co-crear y transformar? ¿Qué mezcla de los tres tenemos actualmente y cuál nos gustaría o necesitaríamos de tener?

 

El propósito de una organización está cambiando, de crear valor para los accionistas a crear valor para todos los stakeholders. ¿Qué valor estamos creando para nuestros stakeholders internos y externos? ¿Qué nos dirían nuestros colaboradores, equipos, clientes, proveedores y otros stakeholders sobre el camino que recorremos y que tenemos que recorrer? ¿Que no podemos dejar de atender desde ya para hoy, para mañana y para el futuro, en este contexto de cambio como una constante?

 

Cada vez más el manejo de las polaridades es una constante. Algunos ejemplos de polaridades que podemos estar navegando son: resultados y bienestar; el hoy, el mañana y el futuro; gestión e innovación; ser estratégico y operacional; individualidad y diversidad. El desafío actual es manejar ambas polaridades simultáneamente. Es el liderazgo compartido. Es desarrollar una visión sistémica, reforzando relaciones, conexiones y alianzas.

 

Un proceso de coaching individual, ejecutivo, de grupos o de equipos, apoya entre otros, a crear nuevas posibilidades desde el propósito y visión de futuro, a identificar patrones, a adoptar una perspectiva de curiosidad, promoviendo la creatividad, la confianza, la experimentación y la responsabilidad. Un coach profesional, de acuerdo con su especialidad, tiene herramientas para apoyarte en este camino.

 

Autor: Fátima Ribeiro

La autora es Coach en procesos de desarrollo Profesional, Liderazgo y Equipos, ACC (ICF Associated Certified Coach), y miembro de la Directiva de ICF Panamá.

Mi marca

Hoy les hablo como emprendedora, que está desarrollando su negocio y su marca.

Llegar a una marca es una introspección, una reflexión profunda sobre nuestros valores, nuestros talentos y lo que queremos transmitir.

La foto que acompaña este artículo, la hice en unos de mis ambientes preferidos, la naturaleza.

Soy una ciudadana del mundo por opción, en un proceso de crecimiento interior y bienestar familiar.

Pero hallo mis raíces, mi tranquilidad y mi plenitud en la naturaleza, en contemplar la perfección de la naturaleza.

Nascí en África, en los espacios amplios y abiertos, en que la vida crece en los lugares más recónditos e inesperados.

Crecí en Europa donde el ingenio humano nos maravilla, nos inspira con la sensibilidad de sus obras y valores como el desarrollo social están imbuidos en la cultura.

Vivo ahora en América Latina, en Panamá, donde la exuberancia de su naturaleza nos fascina y su clima tropical cría condiciones prodigiosas al desarrollo.

El verde y el azul en mi logo representan escuelas y marcas a que debo mi formación básica en Coaching, INCAE Business School y Marshall Goldsmith Stakeholder Centered Coaching.

Pero representan también el verde de la naturaleza, en harmonía con la expresión de la vida, y el azul del cielo, de los espacios abiertos, de la amplitud, de nuevas perspectivas y posibilidades.

¡Como seres humanos es al cielo, al espacio que elevamos nuestros sueños!

Es interesante verificar como uno de los hombres más innovadores de la actualidad envió al espacio su Tesla Roadster con el hombre estelar, Starman, en la posición de conductor, en un viaje que combina sueños y posibilidades.

Miramos y ansiamos por la inmensidad de las posibilidades del espacio, pero mantenemos nuestras raíces como seres vivos en la naturaleza.

Mi logo, mi marca, refleja así mis valores e invita al desarrollo continuo.

La vida crece y encuentra formas de sobrevivir mismo en ambiente desfavorables, pero florece cuando el ambiente es favorable.

El proceso de Coaching ayuda a florecer, es un proceso que irriga, que potencia habilidades y talentos, que invita a soñar, que abre nuevas posibilidades, manteniendo el contacto con la tierra, que echa raíces en un proceso de busca de resultados y bienestar.

Fátima Ribeiro

Coach certificada